jueves, 10 de mayo de 2012

¿Cómo funciona una central térmica clásica?

Cesión del Museo de la Electricidad de Iberdrola
 El funcionamiento de una central termoeléctrica de carbón, como la representada en la figura, es la siguiente: el combustible está almacenado en los parques adyacentes de la central, desde donde es conducido al molino mediante cintas transportadoras para ser triturado. Una vez pulverizado, se inyecta en la caldera mezclado con aire caliente a presión para su combustión. Dentro de la caldera la combustión del carbón produce una gran temperatura que calienta el agua circulante por la misma produciendo así un vapor que acciona los álabes de los cuerpos de las turbinas de alta presión, media presión y baja presión, haciendo girar el rotor de la turbina que se mueve solidariamente con el rotor del generador y produciendo energía eléctrica. Esta es enviada a la red general mediante líneas de transporte de alta tensión.

Después de accionar las turbinas, el vapor se convierte en líquido en el condensador. El agua obtenida por la condensación del vapor se somete a diversas etapas de calentamiento y se inyecta de nuevo en la caldera en las condiciones de presión y temperatura más adecuadas para obtener el máximo rendimiento posible.
 
El sistema de agua de circulación que refrigera el condensador puede operar en circuito cerrado, es decir, trasladando el calor extraído del condensador a la atmósfera mediante torres de refrigeración, o descargando dicho calor directamente al mar o a un río.
 
Para reducir los efectos de la combustión sobre el medio ambiente, la central posee, entre otros dispositivos, una chimenea de gran altura y precipitadores que retienen buena parte de las partículas en el interior de la central.

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